lunes, 17 de enero de 2011

ARGUMENTOS Y RAZONES DE LAS DEMANDAS EN LA FFYL

“La UNAM tiene por fines impartir educación superior para formar profesionistas,
investigadores, profesores universitarios y técnicos útiles a la sociedad; 
organizar y realizar investigaciones, principalmente acerca de las condiciones 
y problemas nacionales, y extender con la mayor amplitud posible los beneficios de la cultura” 
(Artículo 1 de la Ley orgánica de la UNAM).


La mayoría poblacional de nuestro país no cuenta con los recursos suficientes para sostener una vida digna, hay más de 50 millones de pobres; la creciente inseguridad y la ineficiencia del Estado por brindar seguridad conforman el escenario de crisis, que repercute directamente en la educación de los jóvenes mexicanos, en donde está innegablemente inserta la UNAM: tres de cada cuatro alumnos de primer ingreso a licenciatura provienen de familias en que su ingreso es menor a 6 salarios mínimos, el 40% de estudiantes abandona sus estudios por falta de recursos. Por lo que, como universitarios conscientes de dicho entorno, nos vemos en la necesidad de exigir que los elementos básicos que componen el desarrollo integral de los individuos sean un hecho responsable, y no de lucro como se ha llevado a cabo en las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, que  muestra la falta de sensibilidad por parte de las autoridades ante las problemáticas de la comunidad, así como el sentido de desprestigio hacía la misma.



COMEDOR SUBSIDIADO 


1. La venta de alimentos realizada dentro de la FF y L está en manos de una cafetería concesionada en la que una comida cuesta más de $30, mismos que 5,321 alumnos de licenciatura no pueden pagar. Concesión que se apropia del espacio al restringir la entrada a la comunidad que lleva su comida de fuera, enmarcando una situación de exclusión económica que va contra los principios de la universidad y que, además, no cumple con los criterios de valor nutricional que requiere diariamente un estudiante. Puesto que la comida es un derecho y una necesidad básica, no sólo constitucional, sino humano, que tiene que ver directamente con el desempeño académico que pueda tener la comunidad estudiantil, por lo que está lejos de ser un privilegio (como lo es la existencia de una cafetería en la que sólo un pequeño sector puede consumir), planteamos como solución un comedor subsidiado, mientras que las autoridades hablan de colocar hornos de microondas, para después decir en medio de un Diálogo Público (que se logró, además, a través de la presión ejercida por parte de la Asamblea Estudiantil):  “la UNAM tiene sus instancias de toma de decisiones.”



SERVICIO DE FOTOCOPIAS SUBSIDIADO
2. El servicio de fotocopiado que se imparte en las instalaciones de la misma facultad, está también en manos de una concesión que aprovecha la necesidad de los estudiantes por tal servicio, el servicio es de mala calidad y no podría ser de otra forma, pues los trabajadores son también parte de la explotación que un particular a pactado con las autoridades de nuestra universidad, sus condiciones de trabajo son precarias comenzando por el espacio, el sueldo que reciben no cubre con responsabilidad las necesidades que tienen, así como otros elementos que no permiten la realización laboral de los estudiantes y trabajadores, constituyendo así un medio de lucro efectivo para con la comunidad de la FF y L. Como estudiantes de la misma, es indispensable que el servicio de fotocopiado sea de calidad y barato, y, puesto que nuestro recurso más inmediato de trabajo es la lectura, es indispensable que se atienda este problema, por lo que proponemos un subsidio para tal, con el personal con que cuenta actualmente y su aumento de ser necesario, con todas las condiciones responsables que esto implica

La respuesta de la directora, de nuevo limitada y sin criterio es: “la UNAM tiene sus instancias de toma de decisiones.”



RETIRO INMEDIATO DE CAMARAS DE VIGILACIA

3. Así mismo, el contexto señalado ha sido un pretexto para violar las garantías individuales de los mexicanos al colocar cámaras por doquier, el gobierno federal ha tenido la maravillosa idea de vigilarnos ahora en nuestra calles sin mostrar con ello una mejoría en la seguridad. De esta política no se salvan los pasillos de la mencionada facultad, en donde recientemente fueron colocadas, implicando un gasto de más de 2.5 millones de pesos, gestionado por el secretario administrativo Jaime Jiménez, y que bien podrían haber funcionado como gasto básico de alimentación por 1000 comidas durante 250 días o un año escolar. Estas cámaras fueron un producto del autoritarismo y arbitrariedad que permea en las jerarquías de nuestra universidad y que toma decisiones pasando por alto la opinión pública, implicando con ello la criminalización de la comunidad estudiantil, que si bien, está sumergida en un medio de inseguridad preocupante, es también producto de un sistema marginal que nos orilla a situaciones de sobrevivencia y que no ha sido un punto de verdadera importancia en la agenda de soluciones, pues no se le ha brindado la atención suficiente como para plantear una solución efectiva, por lo que, más bien, las cámaras parecen un medio de espionaje, y de ataque a la comunidad universitaria, ya que no es un problema exclusivo de la FF y L. Dicho lo anterior, la exigencia es la remoción inmediata, tanto de estas cámaras colocadas en la facultad, como de su gestor. Proponemos una análisis sobre la situación de la inseguridad: las cámaras sólo pueden permitir el castigo; es problema no es resuelto de fondo, proponemos PREVENCIÓN. 

La respuesta de la dirección fue la misma: “la UNAM tiene sus instancias de toma de decisiones.”



BIBLIOTECA DIGNA


4. Al tener, como se ha mencionado antes, como primera necesidad de trabajo la lectura, es nuestra responsabilidad manifestar que nuestras bibliotecas tercermundistas no cuentan con un servicio eficiente, ni con el acervo necesario que implica una universidad. En la biblioteca Central, con la introducción del nuevo servicio de auto-préstamo aumentan las complicaciones, pues si hacía falta personal que atendiera a miles de estudiantes, y manos que restauraran la cantidad enorme de material que se encuentra estático, ahora pretenden sustituirlos con el mismo, además de que se vuelve más vulnerable a la perdida de libros. “Samuel Ramos”, en la FF y L, es una de las bibliotecas en donde el acervo es preocupantemente precario, carece de buen servicio por parte de sus trabajadores y del aumento de personal que pueda encargarse del material que se encuentra inactivo, para ponerlo en circulación. El problema es aun más grave cuando nos adentramos en las políticas laborales de la misma, y es que, además de que las plazas que se ocupan no son sustituidas en caso de incapacidad permanente, o al ser jubilado (a) el trabajador (a), no han sido aumentadas desde hace tiempo, repercutiendo directamente en la actualización del acervo y mejoramiento en general de la biblioteca. A la falta de personal y material de la biblioteca “Samuel Ramos”, proponemos la actualización y mejoramiento del acervo, el aumento de plazas de tiempo completo con su correspondiente responsabilidad de trabajo, y mejora del servicio por parte de los trabajadores que hoy se encuentran laborando en ella

Ante ello la dirección redunda: “la UNAM tiene sus instancias de toma de decisiones.”



CANCELACIÓN DE COBROS EN EDUCACIÓN CONTINUA


5. El servicio que se ofrece en los salones de Educación Continua de la FF y L se limita a un sector reducido de estudiantes que pueden pagar las grandes cantidades de dinero que se pide para tomar los cursos ahí impartidos. Esto nos coloca en una posición indigna, pues la falta de sensibilidad por parte de la autoridad, no permite que ese sea un espacio que puedan utilizar todos, ni siquiera apreciando el panorama de que nuestra facultad alberga a más de 10 colegios, por lo que la cantidad de alumnos necesita más espacios no solo para tomar sus clases, sino para su propia dispersión. Considerando que la UNAM es una universidad pública, y que la educación gratuita es un derecho constitucional, el cobro por los servicios de Educación Continua es incorrecto, y violan nuestro derecho a la educación, y propia legislación de la Universidad, además de que se apropian de un espacio que corresponde a los estudiantes de toda la facultad. Dadas las condiciones, y velando por la falta de los recursos que no tenemos como estudiantes y como una mayoría pobre, exigimos la anulación de cobros de Educación Continua, así como la apertura del espacio para todo público. La propuesta con ello es: RESCATAR el CARÁCTER POPULAR que tiene la UNAM. 

De nuevo parecen no escuchar: “la UNAM tiene sus instancias de toma de decisiones.”    

2 comentarios:

  1. ¡¡¡¡También exigimos que liberen el auditorio Justo Sierra!!!!

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  2. Eso suena más urgente, concuerdo con la moción del auditorio.

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